
Elijo darle más importancia a todo lo bueno que ya tengo que a lo negativo. Sé que el universo crea con fidelidad lo que yo mismo/a siento y pienso.
Doy gracias a cada instante del día por todo lo bueno que atraigo y me sucede.
Afronto con lucidez todo lo que no me gusta en mi vida y me enfoco, total y absolutamente en lo que me agrada y me ayuda a crecer.
Elijo poner toda mi atención en las cosas que surgen de mi corazón y que me hacen sentir vivo y eficiente, relajando así a mi mente.
Elijo desconectar mi mente de cualquier pensamiento negativo para fluir con mis mejores sentimientos.
Soy un ser amable y lleno de ambición, soy una persona alegre. Me siento libre.
Reconozco mis errores para mejorar así mi forma de ser. De este modo, crecer y sentir paz me resulta más fácil porque es natural.